El campeón francés Tudor vuelve a la palestra en la etapa de Boulogne-sur-Mer, terminando en quinto lugar.
La multitud en Boulogne-sur-Mer estalló en cólera al ver a Julian Alaphilippe en cabeza a 500 metros del final de la segunda etapa del Tour de Francia. El héroe nacional francés volvió a ser el centro de atención con la oportunidad de ganar la etapa.
Un flashback a 2019, cuando el corredor francés triunfó en Epernay con una actuación espectacular que le valió el maillot amarillo hasta las últimas etapas de montaña.
Alaphilippe ya tiene 33 años, pero parece haber recuperado su mejor forma esta temporada tras fichar por Tudor Pro Cycling. Un quinto puesto en el Tour de Suiza confirmó su buen estado de forma, lo que le permitió unirse al grupo de 26 ciclistas que lucharon por la victoria. A pesar de una reciente gripe que le hizo perder terreno en la primera etapa, se recuperó con fuerza en la segunda.
El público francés aplaudió su nombre con la esperanza de una valiente apuesta por la victoria, pero Alaphilippe reveló que había intentado lanzar a su compañero Marc Hirschi para el sprint cuesta arriba. El plan no funcionó, pero demostró que había recuperado su característico estilo agresivo.
"Si comparo dónde estaba hace unos días y también comparado con ayer, que fue un día terrible para mí, hoy fue mejor . Estoy contento de haber estado delante", explicó el francés.