Viviani pone fin a su carrera como campeón: "Ahora me gustaría ser director de equipo".

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29
Oct
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El atleta veronés comparte sus emociones tras ganar su última medalla de oro en pista.


Elia Viviani se despidió del atletismo competitivo de la manera más hermosa, ganando su tercer título mundial de pista en la prueba de eliminación del Campeonato Mundial en Santiago de Chile.

Viviani admite que afrontó su última carrera como si fuera la primera: «En los entrenamientos previos a la carrera, estaba nervioso como un novato. Luego, en cuanto me dieron el empujón para arrancar, todo desapareció. Entré en una burbuja, como en una película. Fue entonces cuando me di cuenta de que todo saldría bien», explicó a La Gazzetta dello Sport.

Y así fue: brazos en alto, su esposa Elena en las gradas, y la sensación de haber cerrado el círculo. "He alcanzado la paz interior. No voy a cambiar de opinión sobre mi retiro: es el momento perfecto para parar".

Su lista de logros incluye momentos icónicos, como ganar el oro olímpico en Río 2016 y el honor de ser el abanderado de Italia. "Representar al país es una fuente de orgullo indescriptible; me dio la confianza para terminar por todo lo alto".
Entre los lamentos, sin embargo, se encuentra “la Gante-Wevelgem de 2018, en la que Sagan estuvo a punto de ser convocado”.

Viviani se muestra optimista sobre el futuro del ciclismo italiano: "Hemos relanzado el circuito, con tres medallas en París 2024. En ruta, todos luchan contra Pogacar, pero hay jóvenes interesantes como Lorenzo Finn, que tiene algo especial. Me di cuenta de esto al rodar a su lado: todo le sale de forma natural."

Para su carrera post-competitiva, Elia ya tiene una idea clara: "Me gustaría ser director de equipo. Sin duda seguiré vinculado al ciclismo, porque es mi vida".